El Internado de la Escuela Industrial tiene una larga historia desde sus inicios como internado de la Escuela Misional N° 1 Sagrada Familia, de educación básica.
Comenzó a funcionar prácticamente enseguida que la Escuela Sagrada Familia se trasladó a su actual ubicación, quedando las dependencias adyacentes a la Iglesia Catedral de Villarrica desocupadas, por lo que se decidió darle el destino de internado.
Para ayudar a los jóvenes que venían de la zona rural o de otras comunas a estudiar a la Escuela Industrial, se separaron las dependencias en dos sectores, quedando cada uno con estudiantes de su modalidad.
El edificio de ese internado tenía una construcción de tres pisos, siendo los dos primeros de concreto y el tercero de madera.
El primer piso tenía el comedor, la cocina, una sala de televisión, una amplia sala de estar, oficinas, baños y dos salas de estudio. En el segundo piso estaban los dormitorios de los inspectores y de los estudiantes de enseñanza básica, y el tercer piso lo ocupaban los estudiantes de enseñanza media.
Llegó a tener 140 internos, con un matrimonio como administradores, los cuales vivían también en el segundo piso. La administración y responsabilidad final estaba a cargo del párroco de la parroquia Sagrado Corazón, dependiente del Vicariato Apostólico de la Araucanía, y era subvencionado por la Fundación del Magisterio de la Araucanía.
Este edificio cuenta con seis dormitorios, amplios baños y duchas, un gran comedor y cocina, se construyó hace un año una gran sala de estar, para darles a los estudiantes un espacio de entretención, permanencia, estudio y descanso.
Consta con excelentes camas y calefacción en sectores como el comedor y los dormitorios, tiene acceso a internet, computadores, cámaras de vigilancia, juegos de salón y posibilidades de usar las dependencias del colegio para hacer deportes, caminar, estudiar o realizar actividades recreativas. Tiene además baños para personas con discapacidad y accesos universales que facilitan el desplazamiento por sus dependencias. Es por tanto un lugar seguro y acogedor.
La permanencia es de lunes a viernes, llegando al desayuno del lunes y volviendo a sus casas después del almuerzo del viernes. Tienen cuatro comidas en el día, con tiempos para estudiar, descansar y hacer deportes. Por estar al lado del colegio no se mojan o cansan, ni pueden llegar atrasados a las clases, lo cual les da una seguridad en su estadía que es valorada por los apoderados y por los mismos estudiantes, que pueden aprovechar los tiempos que usarían en viajar, para realizar otras actividades y poder dedicar más tiempo a sus deberes escolares.
La convivencia es compartida y con carácter de servicio, dado que se organizan en grupos para colaborar en la preparación de la mesa, hacer aseo, dejar su cama, ropa y útiles ordenados, además de aprender a convivir con personas que van conociendo y estimando con el correr de los años que llegan a compartir espacios, ideas, trabajos y sueños.
El personal que labora al cuidado y atención de los jóvenes estudiantes son un administrador, dos manipuladoras, dos inspectores de día, un inspector de noche y un auxiliar de aseos.
La matrícula este año ha sido de 58 estudiantes, teniendo aún vacantes para el presente año, y más de treinta vacantes para el año 2025.
En el comedor del internado, los estudiantes se agrupan alrededor de las mesas como si fueran piezas de un rompecabezas en constante cambio.
Cada comida es una oportunidad para compartir: un bocadillo de más, un comentario burlón sobre la tarea de matemáticas, o una recomendación de lectura. Las conversaciones fluyen, entrecruzándose en un murmullo alegre que resuena por todo el espacio.
NUESTRO PERSONAL
Omar Calderón
Encargado Internado
Gloria Cortez
Manipuladora de alimentos internado
David Solis
Inspector Internado